En LA NACION del domingo se publicó un artículo con opiniones de diversas consultoras de renombre que opinaron sobre la marcha del caballito inflacionario argentino.
El consenso de los pronósticos privados para este año anticipa una inflación del 25% si mantenemos un ritmo similar al actual.
Aquí sus opiniones y las mías en cursivas:
- Estudio Broda & Asociados: "La inflación real ha pegado un salto. Para lo que resta del año, al desacelerarse el ritmo de expansión de la demanda agregada y del nivel de actividad, prevemos una levísima disminución de la tasa de inflación. Nuestro pronóstico apunta a una inflación minorista verdadera del 27-28 por ciento para fin de año".
- Jorge Schvarzer, Plan Fénix: "Un nuevo hipotético conflicto con el campo puede desatar una nueva suba. Si los alimentos bajan, va a bajar la expectativa inflacionaria que está más ligada al precio de la carne, la leche y el aceite que a otra cosa. Hay un tipo de cambio que se atrasó. No hay ninguna razón macroeconómica para esperar que se acelere la inflación". Aquí realmente no concuerdo con el analista porque la Argentina tiene un problema de confianza enorme y una incredulidad en los números oficiales que no tiene precedentes.
- Juan Luis Bour, FIEL: "Esperamos una baja de la inflación por la fuerte contracción monetaria, en el contexto de corto plazo de de apreciación del peso. Claro que las condiciones se presentan, sin embargo, de extrema volatilidad, y el escenario puede cambiar muy rápidamente". A la extrema volatilidad económica Argentina es a lo que me refería en el punto anterior. Basta con estudiar la performance económica desde 1945 hasta la fecha para ver los peligros que cíclicamente tiene la Argentina.
- Ramiro Castiñeira, Econométrica: "Los elevados niveles de inflación ya están deteriorando el salario real, principal motor del consumo, además que también recorta notablemente los niveles de inversión. Ello potenciado por la incertidumbre que reina estos días, la baja del dólar y la suba de tasas, permite esperar cierta desaceleración económica para la segunda mitad del año, y que la inflación recorte su aceleración y tienda a "estabilizarse" en torno al 24 por ciento anual". Opinión con la que concuerdo parcialmente y que felicito por la razonada opinión, pero no dejo de remarcar la falta de confianza de los principales actores económicos.
- Ernesto Kritz, SEL Consultores: "La probable desaceleración del consumo en el segundo semestre debería moderar la inflación. La condición es que no se acelere el alza del gasto público, y que no se presione a la baja la tasa de interés. Esta posibilidad no puede descartarse. Pero aún si esto no ocurriera, los costos ya definidos (como el salarial) o los eventuales aumentos en tarifas y combustibles, hacen difícil que la inflación anual cierre en niveles muy distintos al actual".
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