La economía de Japón recibió el peor golpe de los últimos 35 años, acosada por una caída sin precedentes en la exportaciones y una demanda doméstica que no empieza a despuntar, en medio de la crisis global de los mercados.
El descalabro financiero que está haciendo perder la calma a los ciudadanos de todo el planeta no deja a un lado a una de las economías más importantes del mundo, como lo es la japonesa.
En rigor, la economía japonesa sufrió en el último trimestre del 2008 la caída más abrupta de todas las economías desarrolladas, cuando su producto bruto interno (PBI) se contrajo a su mayor ritmo desde 1974.
La economía japonesa perdió gas entre octubre y diciembre por tercer trimestre consecutivo en términos reales, con un retroceso del 12,7% respecto del mismo período del 2007, y de un 3,3% respecto del trimestre anterior, sobre todo debido a una demanda externa especialmente baja.
Otras economías del grupo de los países ricos, como los Estados Unidos, con un caída en los últimos tres meses del 1%, o la eurozona, con una contracción del 1,5%, no se vieron tan expuestas en ese último trimestre del año.
Definitivamente, la recesión se ha consolidado en Japón, con un crecimiento negativo en todo el 2008 del 0,8%, por primera vez en siete años, y con unas previsiones aun más negativas para el 2009, cuando se prevé una caída del 2 por ciento.
Para agregar más disgustos al pésimo clima que existe entre los ciudadanos japoneses por la profundización de la crisis en su país, el ministro de Finanzas, Shoichi Nakagawa, fue blanco de pedidos de renuncia tras haber negado que haya estado borracho durante una conferencia de prensa del G-7.
Al igual que en otros países, donde los ministros de Economía y de Finanzas se pusieron en el hombro a la crisis y estudiaron medidas para contrarrestarla, en Japón también se están alentando salidas alternativas al mal momento financiero.“Sin duda alguna se trata de la peor crisis económica desde el fin de la Segunda Guerra Mundial”, dijo el ministro de Economía, Kaoru Yosano. En ese sentido, destacó que “el resultado muestra con claridad que la economía japonesa, dependiente de las exportaciones, ha sido castigada con severidad".
No fue la única voz que se escuchó ayer desde el castigado país.
El secretario del gabinete, Takeo Kawamura, fue aún más lejos y consideró que la crisis económica es una “calamidad” que ocurre una vez en un siglo.Los funcionarios nerviosos insinuaron que el gobierno podría dar pasos nuevos pronto para frenar la crisis, cada vez más grave.
Toyota, Sony y otras corporaciones multinacionales anunciaron despidos masivos y proyectaron pérdidas netas para el período fiscal que concluye en marzo. La subida del yen, que encarece las exportaciones japonesas, ha intensificado la crisis.
La economía de Japón, la segunda más grande del mundo, se ha contraído por tres trimestres consecutivos y casi con seguridad, enfila hacia otro.Los tres primeros meses del 2009 posiblemente sean “otro trimestre horrible”, dijo Kyohei Morita, jefe de economistas de Barclays Capital en Tokio, que pronosticó una contracción del producto bruto interno a un ritmo anual del 10% durante el período.
En tanto, Japón revisó a la baja las estimaciones de la producción industrial de diciembre, de un descenso de 9,6% a una caída de 9,8%, reportaron ayer fuentes oficiales. El gobierno sostuvo que la caída de la producción industrial, por segundo mes consecutivo a ritmo récord, responde al deterioro de la economía global, que afecta en especial a compañías de tecnología electrónica y automotrices.
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