Ejemplo práctico: Ford 1970: Teniendo que hacer frente por primera vez a la competencia de vehículos importados baratos y resistentes a altos kilometrajes, Iacocca estableció una meta bastante específica: Ford proyectaría un nuevo coche que pesaría menos de 907 kilos y que sería vendido por menos de 2.000 dólares. El esfuerzo tuvo como resultado una loca carrera para la creación del Ford Pinto.
La rapidez para la creación del Pinto tuvo consecuencias fatales. Medidas de seguridad de sentido común quedaron relegadas a un segundo plano para llegar a alcanzar el plazo fijado por Iacocca. Los ingenieros se olvidaron, en concreto, de analizar mejor el posicionamiento del tanque de combustible, instalado sólo a 25 centímetros del eje trasero. En las colisiones traseras, el coche se incendiaba. Diversas colisiones traseras causaron la muerte de 53 personas, varios heridos y una serie de acciones judiciales tremendamente costosas contra la empresa.
• Metas demasiado específicas a menudo llevan a los empleados a trabajar con un enfoque demasiado estrecho, lo que les impide ver problemas obvios no relacionados con la meta. De acuerdo con los autores, las metas demasiado específicas pueden llevar al empleado a sacrificar la seguridad por la rapidez —como sucedió con El Ford Pinto— .
• De igual modo, muchas metas presentan aquello que los autores consideran un horizonte de tiempo inadecuado. Schweitzer y sus compañeros se refieren al ejemplo bien conocido de gerentes que, presionados para alcanzar metas trimestrales de ingresos, no tienen en cuenta problemas estratégicos de largo plazo. Lo contrario de esa práctica es que los empleados tienen la tendencia de estancarse cuando los horizontes de los objetivos son demasiado largos. El trabajo cita un caso de estudio de 1997 sobre los taxistas de Nueva York. El estudio mostró que, en días de lluvia, los taxis tendían a desaparecer de las calles congestionadas porque los taxistas alcanzaban su objetivo diario más pronto y se iban a casa, en vez de trabajar más para aumentar los ingresos del día.
• Los trabajadores con objetivos extremadamente específicos y ambiciosos se involucran en prácticas arriesgadas para alcanzarlos. El Caso Enron mencionado más arriba.
• El comportamiento antiético es una de las trampas más evidentes de la fijación de metas extremadamente ambiciosas. Existe un potencial enorme de que tenga consecuencias catastróficas.
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